Desde la puesta en marcha del servicio de recogida selectiva de ropa y calzados usados se ha recogido más de 241 toneladas en los 18 contenedores habilitados en vías públicas de los municipios de Tacoronte, El Sauzal, La Matanza de Acentejo y Santa Úrsula.
El proceso de reciclaje comprende diversas clasificaciones consecutivas en función del estado de las prendas. En una primera clasificación, se separaá toda la ropa que es “usable”, esto es, susceptible de ser reutilizada por el buen estado en el que se encuentra, de la “no usable”, es decir, aquella que no se puede reutilizar como prenda.
Las primeras son reclasificadas posteriormente por tipos (pantalones, blusas, jerseys,...) y se embalarán para su posterior exportación a peso a diferentes paises, en donde existe un comercio mayorista y minorista de este tipo de artículos, siempre teniendo en cuenta que las prendas exportadas se adapten a la climatología y cultura del pais de destino.
La ropa clasificada como “no usable” (rota, manchada, descosida, o muy usada) que ya ha sido separada del resto se vuelve a clasificar en función de su composición y colorido obteniéndose:
· Aquella que por su composición y por ende de su poder de absorción es susceptible de ser transformada en trapos de limpieza.
· Aquella que siendo no utilizable como trapo por su composición, se convierte en fibra para hilar artículos.
· Por último, se obtienen los sobrantes aprovechables que son usados para el posterior troceado para la fabricación de napas, aislantes, borras para rellenos y tejido no tejido entre otros artículos finales.
Después de todo el proceso de clasificación un 90% aprox. de lo depositado en un contenedor es considerado como valorizable, transportando la fracción que después del proceso ya no tiene utilidad a vertedero controlado por medio de un gestor autorizado.
